La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (Anfac) asegura que Faconauto, la patronal de los concesionarios, miente cuando asegura que los precios de los coches bajarán entre 400 y 500 euros con la nueva norma que regula la relación entre marcas y concesionarios.

Según Anfac, la nueva norma obligará a los fabricantes a afrontar nuevas y elevadas provisiones por indemnizaciones y devolución de 'stock', por importe de miles de millones de euros, lo que provocará un aumento de los precios que perjudicará al consumidor. Para la patronal de fabricantes, la nueva norma sólo beneficia a los propietarios de concesionarios, ni siquiera a sus empleados.

Además, los fabricantes consideran que con la nueva norma no tiene sentido el actual sistema de distribución, por lo que las marcas podrían asumir la comercialización de sus propios vehículos. También advierte de que la desconfianza de las casas matrices se traduciría en una pérdida de inversión, como consecuencia de la bajada de ventas y de producción en España.

Anfac niega punto por punto algunos de los argumentos ofrecidos por Faconauto. Así, en relación con la financiación de los 'stocks', asegura que "en muchas ocasiones" es el fabricante quien presta el capital al concesionario, y lo hace sin intereses.

Asimismo, recuerda que el 80% de las ventas de coches en el mercado nacional corresponden a marcas con fábricas en España, y niega que se ponga fin a una situación de inseguridad jurídica, pues la distribución de automóviles cuenta con un reglamento europeo y, en caso de diferencias en la resolución de los contratos, la decisión final corresponde al juez.

La organización que representa a los fabricantes subraya que los constructores asumen riesgos y costes relacionados con desarrollo y homologación de productos, producción, publicidad, promoción, marketing o garantías, entre otros.

Finalmente, tras subrayar que los concesionarios no tendrían clientela si ésta no buscara una marca, Anfac sostiene que la pérdida de 35.000 empleos en la distribución es consecuencia de la crisis, no del marco legal, y rechaza que la nueva norma proteja 150.000 puestos de trabajo, entre otras causas, porque dicha norma tiene carácter provisional.

Sebastián, en contra

Por su parte, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha advertido de que la nueva norma sobre distribución de automóviles, contenida en enmienda a la Ley de Economía Sostenible, son "malos para todos", y ha anticipado que conllevará un incremento del coste de fabricación de los vehículos que acabará trasladándose a los usuarios.

"Es una enmienda mala para todos y no sólo para los fabricantes, porque al final los fabricantes buscarán sus propios canales de distribución al margen de los concesionarios", explicó el ministro, en la rueda de prensa en la que presentó los datos de la balanza comercial de 2010.

El titular de Industria además avisó de que los fabricantes "reaccionarán e internalizarán" el aumento de costes que provocarán los cambios normativos, por lo que consideró que los cálculos sobre el coste de estos cambios realizados por la patronal de los concesionarios (Faconauto) son "equivocados", al fundamentarse en estimaciones "a corto plazo".

Faconauto, por su parte, calcula que el precio de los coches bajará una media de entre 400 y 500 euros por unidad gracias a la nueva norma, dado que los concesionarios podrán reducir los costes de financiación de los 'stocks'.

Así pues, Sebastián confirmó que mantendrá reuniones por separado con las partes entre mañana y el próximo miércoles para "reconducir" la situación, al considerar que la enmienda es "inaceptable". "Hay un marco de diálogo que es la ley de distribución que deberá consensuarse este año", indicó.